8 de octubre de 2013

«¿Quién da más?»

Voy a hacer un remate muy particular: voy a rematar un recuerdo. Mejor, voy a rematar la posibilidad de revivir una experiencia, y de ahí que, lamentablemente, no todos puedan participar de la subasta. Está clarísimo: solo podrán ofertar quienes alguna vez tuvieron la posibilidad —iba a decir «la suerte», pero tengo que ser objetivo si pretendo ser un rematador serio— de vivir esta exper... este lote que a continuación les paso a detallar:

Objeto n.° 1: la previa

Compuesto por:
  • Media docena de galletitas de avena y chocolate —tres ofrecidas en forma oficial por la abuela, otras tres afanadas por vos de la lata que ya todos sabemos dónde está—, una de las cuales ha de estar necesariamente pasada de horno (no valía agarrarlas todas perfectitas, ¿te acordás?).
  • Un mate amargo en porongo bastante chicuelón para la cantidad de comensales habitual, con un posamate de alambre que, a falta de mesa donde apoyar, seguro terminará volando por el aire; viene con un irónico «Mirá que es una bombilla, no un micrófono» del tío Eduardo, que te lo va a decir de reojo no bien empieces a hablar con el mate en la mano, y un intimidador «Tragás primero y después tomás», del abuelo Ernesto, si es que llega tu turno y todavía no embuchaste.
  • Tres o cuatro rebanadas finas de una telera que sobró de ayer, untadas en una especie de pasta o salsa espesa a base de palta (*) —no sé por qué te lo explico tanto si vos ya sabés de qué estoy hablando—, condimentada con sal, mayonesa y Savora. ¡Ah, y la Savora del frasquito cuadrado de vidrio, ¿eh?, nada de sachet!

Objeto n.° 2: el plato principal

Se compone de:

  • Sopa de habas, servida en plato esmaltado con bordes cachados.
  • Nefles con tuco y queso rallado. (Por allá preguntan qué son los nefles: después te contamos.)
  • Ensalada de lechuga, con vinagre y muuuucha azúcar (nada de sal ni de aceite, que esas pavadas son para los montevideanos flojones). (**)
  • Para tomar, jugo de limón.
  • De postre, compota de peras o membrillos, a elección, en vasito flaco de plástico transparente, de culo chico y muy volcador, todito rayado en la mitad inferior por querer cortar los pedazos de fruta con el canto de la cucharita.

Objeto n.° 3: el té

Infusión de marcela, cedrón, celedonia y té negro en rama, básicamente. Si el tiempo acompaña, bébase a la sombra del pino, con un sudeste amainado que viene trepando suavetón desde el fondo de la quinta; si querés, te podés sentar en aquella reposera plegable a modo de silla de director, de dudosa estabilidad y con una tela viejita con unas ganas bárbaras de rajarse en cualquier momento... como para darle sobre el final algo de adrenalina al almuerzo dominguero en casa del abuelo, ¿vio?

Monto base del remate

El remate es sin base, así que arranco yo: un año de mi vida.

___________

(*) ¿Sabías que la palabra 'aguacate', como se conoce a la palta en México, por ejemplo, proviene de un vocablo que en su idioma original es un eufemismo de 'testículo'?

(**) Posta que, hasta que me casé, pensaba que todo el mundo comía la lechuga con vinagre y azúcar, y que los montevideanos eran los únicos raritos que le metían aceite y sal.

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